
Diseño: Kristos
Nomedites es un artefacto que se escucha, se ve y se puede sentir. Pero, sobre todo, es un capricho por compartir historias subterraneas de la piel.
La realidad nutre, la imaginación dispone
Raúl Silva
Decir que el Infrarrealismo nació entre 1975 y 1976, cuando Mario Santiago y Roberto Bolaño se conocen en la ciudad de México es confirmar que el Infrarrealismo comenzó a germinar hacia 1974, en el taller de poesía que impartía Juan Bañuelos en Ciudad Universitaria. Cansados de pedirle al maestro que les enseñara otras formas poéticas y que invitara a sus amigos escritores para compartir experiencias, optaron por un camino drástico. Mario Santiago redactó una carta de renuncia donde Bañuelos se acusaba, entre otras lindezas, de “menopausia galopante”. El poeta se quedó estupefacto al leer lo que no había escrito y debía firmar como propio. Con una sonrisa nerviosa les dijo “¡Qué buena broma, muchachos! ¡Qué buena broma!”. Pero no se trataba de una broma. La anécdota prefigura el espíritu infra. Por supuesto que Bañuelos conservó su taller y los muchachos irreverentes debieron irse desnudos bajo el arcoíris de fuego. Lo que habían hecho era una acción demasiado ruda para la formalidad de las instituciones culturales mexicanas: cuestionar a la autoridad, ¡válgame dios! Otro momento que prefigura el parto infra es Zarazo, una hoja de poesía cuyo único número único incluyó textos de Mario Santiago, del Movimiento Hora Zero de Perú y de los Beats de Estados Unidos. El Infrarrealismo surgió también con el mítico encuentro de Mario Santiago con los hermanos Ramón y Cuauhtémoc Méndez, en los talleres literarios, las lecturas en Casa de Lago y la librería Gandhi.
Para la historia de la literatura mexicana, el Infrarrealismo no existe. O es, apenas, una nota de escándalo. Muy pocos han buscado en su literatura una razón de ser, a pesar de que las huellas allí están: Correspondencia Infra (1977), Pájaro de calor (1976), el primer libro de Roberto Bolaño: Reinventar el amor (1976), la antología Muchachos desnudos bajo el arcoíris del fuego, que Roberto Bolaño seleccionó para la editorial Extemporáneos, con presentación de Efraín Huerta y prólogo de Miguel Donoso Pareja, en 1979. En los ochentas y noventas, ya en México o en Barcelona, se publicaron
¿Cómo explicar, entonces, el desdén hacia el Infrarrealismo? Roberto Bolaño le respondió así al periodista Fernando Villagrán, en una entrevista para Arcoíris de Chile:
Básicamente, lo que molestaba mucho al status de la literatura mexicana era que no estábamos con ninguna mafia, con ningún grupo de poder. En la literatura mexicana de aquella época, y supongo que en esta también, siempre ha habido parcelas y clanes, señores de la guerra con sus samuráis y nosotros no estábamos con ninguno. No estábamos con la izquierda, una izquierda stalinista, dogmática, dirigista, ¡ una izquierda espantosa, vaya!. Ni con la derecha exquisita, que de exquisita prácticamente no tenía nada, una exquisitez llena de polvo. Ni con los vanguardistas, que lo único que les interesaba era ganar dinero y además hacían una vanguardia periclitada hacia mucho tiempo atrás. Nosotros lo que hacíamos era molestar. Recuerdo que alguien, en su único minuto de gran inspiración, llegó a publicar un texto donde decía “Que Bolaño se vaya a Santiago y que Santiago también”, porque no nos aguantaban en México, de verdad, era un odio total, no nos querían para nada. **
El Infrarrealismo no se disolvió cuando Bolaño, Montané, Rosas Ribeyro y Piel Divina se van a Europa, Harrington regresa a Chile, Mario Santiago se pierde un tiempo en Israel, Rubén Medina emigra a Estados Unidos. Cierto, su destino parece impregnado de un devenir en marea desbordada que borra huellas, pero sus embarcaciones tienen un sólido timón y no han dejado de navegar. En su poesía está la seña inequívoca de una obra intensa y extensa que refleja varios momentos luminosos de la poesía mexicana, o, más bien debiera decir: de esa otra parte de la poesía mexicana, el infrarrealismo.***
* Todo lo que usted siempre quiso saber sobre el infrarrealismo pero temía preguntar, publicado en marzo de 1985 en la revista Casa del tiempo, número 49/50.
** La entrevista con Roberto Bolaño es del programa Off the record, de la televisión chilena por Internet: Arcoíris. http://es.arcoiris.tv/
NOCHE DE POESÍA ENTRE VAGONES
En las bodegas de la vieja estación de trenes, poetas infrarrealistas, oaxaqueños y sonorenses, compartieron con los escuchas algo de su quehacer
Por Alicia HUERTA CORTEZ
La lluvia que cayó sobre la ciudad de Oaxaca la noche del sábado no impidió la realización de la velada poética organizada por
Durante la noche, mientras la humedad que calaba los huesos iba cediendo ante las copas de vino tinto y el mezcal, ante las charlas leves y las luces tenues, ante el mito de los real visceralistas cimentado por Roberto Bolaño, mientras unos atendían los poemas musicalizados y otros a su ligue, el ambiente fue haciéndose ameno.
El motivo central de la noche fue la presentación del número más reciente de la revista sonora “Nomedites”, dirigida por Raúl Silva, que es dedicada al infrarealismo, un movimiento poético que ha sido calificado por algunos críticos como un evento en la poesía mexicana sólo interesante para los historiógrafos de la literatura, por algunos de sus lectores como la segunda vanguardia en México, después de los estridentistas, y por sus seguidores como la única vanguardia, la más atrevida, la más insurrecta.
Los primeros en leer fueron los infras Edgar Altamirano y Pedro Damián, quien toda la noche usó una máscara de color púrpura. Los infras leyeron mientras los músicos de Nine Rain (Steven Brown y Alejandro Herrera) tocaban instrumentos como el saxofón, la jarana y otros con los que otorgaron a los poemas un ritmo y tonalidades distintas a la sola voz. Al mismo tiempo eran proyectadas algunas imágenes, incluidas en la revista sonora, de los infras, varias décadas atrás. Una multisensorial conjunción de los lenguajes.
Por parte, de Oaxaca leyeron su trabajo Luis Manuel Amador y Alonso Aguilar Orihuela, y el sonorense Juan Manuel Sarabia, de visita en la ciudad por el taller de poesía “El bosque sin senderos”, del Centro de las Artes de San Agustín (CaSa).
“Nomedites” es una publicación que tiene un lustro deambulando entre poetas jóvenes, músicos, pintores, diseñadores, promotores artísticos, centros y foros culturales, parques y banquetas. El año pasado fue apoyada por la beca Edmundo Valades para edición de revistas independientes. El número más reciente incluye fotografías de los infras, la voz de algunos de ellos leyendo poemas de su autoría, canciones del grupo Nine Rain, que aparecen en su más reciente disco, “México Woke Up”, y cartas escritas por Roberto Bolaño al poeta Mario Santiago Papasquiaro.
En una de las cartas, Bolaño, estando en Barcelona, dice a Papasquiaro que está por terminar una novela “donde tu te llamas Ulises Lima”. Hoy esa novela: Los detectives salvajes, el movimiento infrarealista –que en la obra fue nombrado por el chileno como realvisceralista—, las peripecias de aquellos hombres y mujeres, son un mito.
(en El Imparcial de OAXACA)
DEL INFRARREALISMO
Por Sergio González Rodríguez
Suplemento cultural El Angel
Periódico Reforma
Domingo 15 de abril, 2007
Para algunos, el movimiento de poesía autodenominado infrarrealismo tuvo dos vidas. La primera, la que se desarrolló en los años 70; la segunda, la que se extinguió poco a poco hacia los años 80 del siglo 20. Para otros, aquel impulso ha continuado desde entonces hasta la fecha, sólo que desprovisto del protagonismo que tuvieron sus exponentes durante su juventud.
Debido al elemento vitalista que engendró dicha poesía, su presencia en el ámbito de las letras se ha visto marcada por la de sus principales defensores. En 1998, murió Mario Santiago Papasquiaro, figura legendaria. En 2003, fallecería Roberto Bolaño, quien dio fama literaria al infrarrealismo con su novela Los detectives salvajes, novela que alcanzó gran reconocimiento en América Latina y España.
Al tener como tema central un par de personajes, la pareja de poetas "real-viscerrealistas" formada por Ulises Lima, trasunto de Mario Santiago Papasquiaro, y Arturo Belano, inspirado en el propio Roberto Bolaño, en Los detectives salvajes confluye un conjunto de personajes secundarios que, reinventados por el narrador, aludían a poetas y aspirantes a poetas de carne y hueso. Un retrato regocijante e irónico de la vida literaria de México de aquellos años 70 visto en forma retrospectiva.
La solución literaria de Roberto Bolaño respecto de lo que fueron los infrarrealistas suscitó diversas incomodidades entre quienes se sintieron lastimados por el retrato novelístico de Los detectives salvajes. Algunas de estas sensibilidades y autoestimas resentidas aguardaron, actitud vil, hasta después de la muerte de aquél para expresar en público su molestia por lo que juzgan una visión falseada de lo que en realidad fue el movimiento de los infrarrealistas.
Fanatismos puristas aparte, desde la publicación de Los detectives salvajes hasta la muerte de Roberto Bolaño han surgido varios intentos por reivindicar la poesía infrarrealista y poner en manos de los lectores antologías que registren la pluralidad creativa de tal movimiento, que se originó, creció y se replegó en los márgenes de las instituciones literarias.
Algunas veces proscritos por sus conductas rebeldes o irreverentes, los poetas infrarrealistas se ganaron a pulso una animadversión bastante generalizada, se recuerda en especial su intento de sabotear un acto en el que alternaban Octavio Paz y David Huerta en
La postura de los infrarrealistas era coherente con su discurso antiinstitucional en cuanto al ámbito de la difusión de las creaciones literarias. Estaban en contra de los cenáculos y grupos en los que se incrementan, reparten y administran los valores y prestigios de las letras. Buscaban una marginalidad que uniera el compromiso político y la voluntad artística. Eran, pues, un remanente tardío de la exigencia vanguardista de consumar la revolución integral de las personas en la vida cotidiana.
Para bien o para mal, la lectura de la poesía infrarrealista y de su propio movimiento se ha visto intermediada en consecuencia por la dispersión de sus obras, las descalificaciones, la oscuridad o el desdén.
Con el fin de colaborar a una lectura más precisa al respecto, comienzan a circular obras que invitan a la revisiones críticas. Éste es el caso del número especial de la audiorrevista Nomedites, coproducido por Ephimera Estudios y Start/Pro, dedicado al "Infrarrealismo", y que consta de un CD con música inspirada en poemas. Asimismo, se ha editado un interactivo, "enciclopedia ilustrada y sonora del infrarrealismo", e incluye inéditos, entrevistas y testimonios, en los que confluyen, aparte de Mario Santiago Papasquiaro y Roberto Bolaño, Pedro Damián, Ramón Méndez, Oscar y Edgar Altamirano, entre otros.
La edición cuenta a su vez con un cuadernillo que reproduce varias fotografías de época. El trabajo de recopilar y seleccionar los materiales se debe a Rebeca López y Raúl Silva, quien también tuvo a su cargo el diseño sonoro.
El número de Nomedites sobre el infrarrealismo coincide con la publicación que por estos días comenzará a circular en México de la poesía reunida de Roberto Bolaño, titulada La universidad desconocida (Anagrama). Este libro recopila el trabajo poético que el autor produjo desde 1977 hasta 1993, del cual llegó a expresar que se trataba de su auténtico testamento literario.
La revaloración y crítica del infrarrealismo está por hacerse, ya que hasta ahora no se ha contado con un cuerpo textual más o menos homogéneo como para consumar una lectura acuciosa de sus logros y debilidades, alcances y contrastes. Por lo pronto, el surgimiento paulatino de los documentos básicos son ya un adelanto muy interesante, como lo muestra el valioso empeño de Nomedites.
¿Qué es el infrarrealismo a estas alturas? Lo que siempre fue y será, como lo definen de alguna manera estos versos de Mario Santiago Papasquiaro:
Poesía/endecasilabóiler
hermanita de Edgar Allan & Black Sabbath
caradiajos & chintreras
qué de arrastres
labrados en la entraña de la entraña.
elangel@reforma.com