lunes, 28 de enero de 2008

RICARDO CASTILLO EN NOMEDITES 5

La lengua en tríada

(De Il re Lámpago)

Llega y tiene la lengua en tríada, pólipo azulcurado, gesto concúrbito y andante sin dubio ni florería privada de túmulo personal. Llega y tiene la lengua en riada entremetida en un capullo de orugado retorno, vahída y servicial en carne apenas naciente la lengua suena. Látigos y gruños costan la brava evaporación, maltas y bermejas calzadas se ornamentan dictadas por la Crucial. Mi Elefanta.


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De dónde proviene tanta azalea revocada por las centenas orsas de la puntual reliquia, de dónde tanta tersura extraditada por las volátiles cenizas de lato hartazgo y alharaca. No se puede detener la troya que arde como coagulación de la tormenta, no se puede dominar el ducto abierto por el dromedario. Son apenas el cálice de remotas caloras tan de sí cenitales que ceden sólo al provecho de un nervio rendido a favor del colosal Sol, mi gran roedor.


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Galápago asoma con seña y sin tiento en el santo rincón de un derrumbe de tierra, germina el ósculo caudal en las lumbres de un tallo, talismán en la corona de pelaje sedoso sediento imposible mente sedentario. Aquí nace la boca y el instrumento taladro de bajo espectro en los oráculos. Aquí nace el gesto y la aureola seducida por el himen visual de los meteoros. Engratecida gesta y gime su corolario bautismal la fugitiva en cada pozo del significado. Humectante piedra, nube en el piso, sin llover.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Ricardo, me siguen gustando tus poemas. Recuerdas cuando cometaba uno de tus libros, Pobre Sr. X, sin saber que tú eras el escritor.
Saludos desde Lund, Prisciliano el hermano de Enrique; los de la privada de la razón.